La música es una buena terapia para cualquier estado de ánimo. Ayer, mientras escuchaba un programa de radio en el coche camino del trabajo, la locutora explicaba que tenía en su MP3 una carpeta llamada: que te den Bambú, con una finalidad, sentirte mejor cuando tu amorcito dice que mejor ser sólo amigos...
Me hizo gracia. Recordé varias canciones de ese tipo que me ayudaron a superar alguna ruptura que otra:
I will survive, de Gloria Gaynor (típica donde las haya, pero ¡que reconfortante escucharla a todo trapo!)
Yo pa ti no estoy de Rosana ( vaya letraza, ¡no la he cantado yo veces!)
Que te den, de Manu Chao i Amparanoia ( la mejor, ritmo y letra, enlaza!!!!)
Por otro lado, en mi época ligona me encantaba:
You don't have to be rich to be my girl de Prince (no os pongo el enlace porque Prince ha vetado su musica en Youtube)
Sex bom de Tom Jones ( como movia yo mis lolas en la disco con mis amigas, que risa!!)
O bien cuando tuve a mis hijos:
Cuando Pedro llegó de Pedro Guerra ( ¿como puede un hombre plasmar el sentimiento de la espera de un embarazo tan bien?)
Mi pequeño tesoro de Presuntos Implicados ( tal dulce, tan real, tan tierna...)
O cuando estoy simplemente melancólica:
If you want me de Markéta Irglóva (podría escucharla más de 50 veces seguidas, tal vez incluso lo haya hecho alguna vez...)
Baby can I hold you de Tracy Chapman ( aunque soy capaz de ponerme toda su discografia seguida un dia completo y más... aun recuerdo la minúscula figura que es esta mujer en el Palau de la Música, con la sola presencia de su cuerpo y los instrumentos que tocaba...)
O .... no podría poner en este post todos los titulos, todos los autores (Sabina, Pedro Guerra, Rosario, Tracy Chapman, Mozzart, Chavela Vargas, Ella Fitzerald, Dina Washington....) pero la música representa mucho en mi vida. No soy una entendida, ni siquiera a veces consigo recordar los títulos de las canciones, pero me encanta sentir cómo penetra en mi cuerpo,en mi alma.
Ahora, estos meses, ando con una sana envidia musical. Mi hija de 6 años asiste desde hace dos años a la escuela de música. Este año tienen rueda de instrumentos. Significa que los probarán todos en diferentes talleres (el UKELELE no creo yo....) y después de acuerdo con sus habilidades, las disponibilidades de plazas y la opinión de su tutor, deberá elegir qué instrumento quiere tocar. Cuando voy a recogerla sale siempre feliz. Si se porta mal, la amenazo (sorry....) con no llevarla a la próxima clase, y mientras la espero, me invade una sana envidia porque yo no soy capaz de extraer ni comprender una nota de un pentagrama. Esas notas que se escapan, se deslizan entre las grietas de su vieja escuela, salen al exterior e inundan las almas de los padres y madres que pasamos frío en el patio esperando que nuestros pequeños músicos acaben. Esas notas de instrumentos, la mayoría que salen de manos infantiles, que a veces desentonan pero que siempre ilusionan. Que sana envidia que me dan....
4 comentarios:
... es cierto que en cada momento de nuestra vida nos acompañan algunas canciones que se fusionan perfectamente con nuestra situación o estado anímico ... a mi me encanta... noto que las canciones me orientan ... me animan o me dan fuerza para seguir... que importante es la música en nuestras vidas!! yo no sabría vivir con ella. Ahora que paso muchos ratos sola... la música me acompaña... y hay veces que escuchandola muy muy fuerte me ayuda a no pensar... a no escuchar mis propios pensamientos...no muy positivos a veces... en fin!! que nuestros hijos son muy afortunados... tienen oportunidades que nosotros no... y eso es envidia sanota!! besotes de la Vaca!!
Tienes toda la razón Vaca. Ahora, las oportunidades a los peques se multiplican. Cuando yo era peque,el poder hacer extraescolares era sólo para unos pocos. La música debería ser una asignatura obligadisima desde pequeños, no algo liviano, si no como parte fundamental de la formación individual y colectiva. Más besos para ti, Vaca!
Estoy totalmente de acuerdo. No hay mejor recopilación musical que la banda sonora de la vida de uno. Suscribo igualmente lo de la asignatura de música. Si bien tengo que reconocer que en su día fui un completo desastre a la hora de aprender los más básicos rudimentos de la flauta. Quien sabe quizás por eso me deleita tanto escuchar a la gente que toca.
Bienvenido a mi pequeño espacio, Juan Andrés!
De todas maneras fuiste afortunado: aunque no fueses muy habilidoso, tuviste la posibilidad de estar en contacto más directo de lo que estuve yo de pequeña con la música.
Con tu permiso, me voy a dar un paseo por tu casa, que tiene un aspecto estupendo de biblioteca...
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