Pues no soy yo muy dada a esto de recomendar productos. Cuando mis peques eran más pequeños y en la farmacia me ponían la alfombra roja cada vez que veian mi cara en la puerta, del gran gasto que se hace los dos primeros años de un bebé, me invadían de mil consejos para cualquier cosa que tuvieran: que si los mocos, que si la piel irritada del culito, que si lagañas en los ojos, que si no hace caquitas, que si hace demasiadas...
Lo que me molestaba siempre eran los extremos: o las perroflautas que todo lo curan con homeopatia incluídas las neumonias, o las defensoras de la medicina tradicional a ultranza, que el peque estornuda y le plantan antibiótico sin prescripción médica sólo para prevenir...
Yo he intentado siempre aplicar el sentido común a los problemas de salud de mis hijos. Y no es tarea fácil ,eso es cierto. Cuando interviene la parte emocional, de madre, es dificil ser imparcial en el posible diagnostico. Ese llanto prolongado por un corte, por malestar, o por un golpe inoportuno distrae nuestro cerebro para poder ser lo más neutras posible.
La primera intención es agarrarlos cual prehistorico y llevarlos al vuelo al hospital más cercano. Y por desgracia, a mi me ha tocado estar con la mayor en un par de ocasiones en una habitación de hospital unos dias... pero eso es agua pasada.
Cuando me recomendaron la barrita
Arnidol para aliviar los golpes de los peques no le presté demasiada atención. Mis hijos son especialistas en "encontrarse" con muebles, piedras, escaleras... pero siempre aplicando frío o agua salvábamos el momento. Aunque cierto es que a veces el momento se alargaba eternamente mezclándose con mocos y miradas inquisidoras de madres como acusándote de no estar por lo que tienes que estar... en fin.
El otro día, un viernes porque si no por las tardes no puedo nunca, llevé a mis peques al parque a la salida del cole. Tremendo tortazo se pegó el pequeño con una rama que había en el suelo.¡Ostias! pensé, para una vez que venimos y accidente al canto... Marta,(gracias Marta....) la mamá de un amiguito de mi peque, cual Mary Poppins cogió su bolso, agarró un stick lila y con mucho amor (eso si porque si lo hace sin más mi peque le endosa una patada que no lo cuenta...) le frotó el golpetazo con Arnidol. Él se dejó hacer. No es que le quitara el dolor, no pero la mente es poderosa:
1. No era su mami. Habia que aguantar como un campeón para no quedar mal...
2. No escocía!. ¡Bien! es requisito indispensable en los enanos para dejarse poner
3. En un momento dado, Marta, para ganárselo le dejó hacer a él. Mi peque encantado claro, se sentia grande frotando el stick en su herida de campeón.... y yo también pues si hubiese sido un tubo de crema Marta me habría pasado la factura... con lo que le gusta a él apretar la pasta de dientes! no queda ni un gramo!
4. Al dia siguiente sólo lo tenia un poco rojito, nada morado.
5. Marta me lo regaló, asi que más tarde volvimos a aplicarlo en casa, un poco más calmados ya.
Cuando miré la composición, conocia bien los dos componentes:
Árnica. Yo la utilizo en "bolitas" homeopaticas. No sabia que estaba en gel. El árnica se suele utilizar para aliviar el dolor después de golpes y luxaciones y evita en gran medida la aparición de morados.
Harpagofito, las mamis perroflautas me habian dicho mil veces que tenia propiedades
antiinflamatorias y analgésicas
en caso de golpes, pero la verdad con ese nombre...
En fin, que un poco en contra de mis principios de recomendar nada, y sobretodo volviendo a mi etapa de bloguera de mami total, os recomiendo
ARNIDOL, No es mágico, claro, si a tu hijo se le abre la cabeza, mejor te vas al hospital, pero si son golpes cotidianos, si lo que necesitan además son mimos que les da mami mágica, vale la pena llevarlo en el bolso.
¿Vosotros/as lo conocíais?