NENA, PONTE EN FORMA QUE YA TOCA!

Tener cierta edad en una mujer es signo de que las cosas ya no son lo que eran. Para las mujeres más mayores por ejemplo, se les acabó la cola de caballo o los pelos bajo los hombros. No pega, ya no es para su edad piensa la mayoría. Otras están condenadas a vestir colores oscuros y gamas monocromáticas, sobretodo en los pueblos, donde un estampado chillón puede llamar más la atención que la Belén Esteban en una biblioteca.

Hablar de mantener en forma esos músculos que a partir de los 35 parecen amar el suelo en lugar del cielo es toda una proeza. Sola no puedes, así que a gastar tiempo y dinerito y apuntarte al gym.

Normalmente se empieza con entusiasmo: se visita el Decatlon de turno y se buscan varias mudas para estar estupenda, que antes muerta que sencilla. Mallas marcando si estás fideo (tontería porque si es así ya ni te planteas ir...) o chandal holgadito, por eso de no marcar mucho...

Después de la euforia de los primeros dias en los que parece que el gym es tu segunda casa, viene el dia de la primera campana o falta. Después es como volver a fumar: un dia de mandra o pereza lleva a otro y te encuentras pagando meses y meses y lo único que se pone duro de tu cuerpo es tu consciencia por no ir. Se enquista digo yo.

Pero ahora, ir al gym a mi edad, se convierte más en una razón de salud que de estética (ja! absurda autoconvinción....)

Uno de los propósitos es poder controlar el  estrés cotidiano, descargar todo tipo de tensiones (¡mira que sudas con ganas a ritmo de I'm a single lady de Beyoncé aunque lleves 30 años casada!) y de paso, empiezas a modelar esos trocitos de carne que cuelgan sin control.

Una de las cosas positivas que tiene ir regularmente a hacer ejercicio es que después,cuando sales, si eres fumadora te fumas uno tras otros sin sentimiento de culpa:total, hice ejercicio y expandí los pulmones. Si lo tuyo es el dulce, te zampas dos donuts y tres caracolas antes incluso de que se te seque el pelo: total, si he quemado hasta los huesos! Si lo tuyo es la cervecita de después, te hinchas a bebida con cacahuetes, almendras y patatas chips por eso de hacer relaciones con las amigas de sufrimiento: total, si el salado engorda menos y no paramos!

Pero lo que vengo observando hace tiempo es que el gimnasio es un buen caldo de cultivo para los sociólogos. Es cierto que ir para encontrarte mejor es una tónica, pero en realidad, los grupos se podrían dividir en :

Mujeres recientemente separadas que están a diario en la cinta o haciendo bicicleta como locas casi sin respirar,  con conjuntos estupendísimos, apretando barriga y poniéndose en forma para que en un futuro algo cercano, estar ready cual sopa instant ante la posibilidad de encontrar un nuevo amor.

También las solteras están dale que te pego al body building con la misma intención y malhumoradas ante cualquier competencia desleal que les salga (mira que ahora hay separadas estupendas, piensan, pero yo no llevo mochila! pensando en hijos...). La diferencia? los horarios. Mientras que las casadas, y separadas con hijos asisten al gim por la mañana tempranito o al medio dia (asi de paso también te ahorras comer frituras, mientras no las ves....) las solteras acuden generalmente en la tarde noche, ya que no tienen el reloj tan enquistado en el culo como nosotras.

En las noches de los gimnasios también se ven muchos hombres solteros o divorciados, exprimiendo su cuerpo, sudando la gota gorda, y sobretodo encogiendo la barriga, con un claro objetivo: sumar un músculo más o un cuadradito bien marcado a sus abdómenes (todo hay que decir que misión imposible a partir de los 40 si no van cada día más de 4 horas...)

En la ducha empieza el espectáculo: lo que veías bien puestecito bajo una impecable indumentaria Nike o Artengo (que depende y mucho de cada bolsillo) se descuelga, desparrama, ahora por la ducha. Las mujeres girandose intentando que no se les vea lo que TODAS o la mayoría tenemos: bultitos llamados celulitis (algún cabrón la inventó seguro...) y disimulando algún calcetín o media con un tomatito. De las bragas ni hablo. Algunas parecen sacadas del Play boy del mes (chicas no hace falta ,que no me ponen, de verdad...) y otras del cajón de la basura ( esas gomas dadas, esos colores desteñidos... tampoco es necesario, ves a los chinos y comprate unas de nylon....)

Las bolsas, que cuando llegaron estaban bien ordenaditas, todo dispuesto, impecable, ahora pesan como un muerto con toallas mojadas y millones de pelos de otras en la suela de tus sandalias de ducha (no podían irse por el desagüe en lugar de elegir venir conmigo?)

Este post bien merece una segunda parte... No me cabe todo! Buf, vengo del gim y estoy muerta, mañana sigo....