Los reporteros están ahi, pasando frío, esperando la conexión, ideando un guión potable que resuma una información en 2 minutos. Eso hablando de los que trabajan para los informativos. Los que lo hacen para esos programas basura (yo directamente y con perdón los llamaría mierda) deben aparecer monísimos/as de la muerte, ellas altos tacones, faldas RC (a ras de coño, con perdón...), pelos crepados, labios con carmín brillante... y todo esto mientras esperan en la gélida noche a que los famosos aparezcan... En fin, es su trabajo. Pero últimamente vengo fijándome en los de detrás, sí, esos personajes anónimos que desean dejar de serlo a toda costa por unos segundos.
La televisión ha sido siempre un medio con un gran respeto social. Se puede criticar el contenido, pero cuando alguien sale en TV ya adquiere cierto prestigio. Y de las marcas comerciales ni hablar. Don Limpio era una de ellas... que si no hubiese salido por la tele, parecería una marca de los chinos... Don Limpio, vaya con el nombre....
Cuando alguien conocido nuestro aparece en un reportaje aunque sea de extra-bulto, nos llama con antelación, programamos el DVD (antes el video, que mira que lo he hecho veces...) y nos situamos delante del aparatejo para ver por milésimas de segundo la cara de nuestro/a conocido.
-¡Qué alegría! ¡Qué alboroto en la familia! ¡La Noe ha salido en la tele!
-¿Cuando?
-¡pues en un reportaje del canal pingüino a las 4 de la madrugada! ¡el pasado jueves! (en el mes de agosto)¿ Lo viste?
-pues no, lo siento, como nadie me avisó estaba durmiendo... ¡que fallo!
-Que más da, ha salido en la tele! ha quedado en preparar una merienda en su casa para ver el video de 2,3 minutos. Seremos 40 personas...
Pero volviendo a los de atrás.... a los de atrás del reportero/a. Esas personas deberían tener un reconocimiento académico. No es tarea fácil lidiar con mil caras que quieren aparecer antes que la suya. ¡Y qué decir de disimular! porque hay el que sale como pensando que no le interesa la cosa, se asoma por un rincón del encuadre, se va, vuelve sólo la cabeza, con el cuerpo echado hacia atrás, consigue meter medio cuerpo, ya tiene el cuerpo entero, sonrie pero sin abrir mucho la boca, como pensando "lo logré, je,je" y cuando ve que nadie "le riñe" se ve como alarga un brazo (que sus pies ni se mueven , no vaya a perder su trocito de gloria en el encuadre...) y tira de su mujer que ríe, se sonroja pero no renuncia a salir también en la tele... ¡AHHHHHH Que alegría se llevarán en casa cuando sepan que han salido!
¿y que me dicen del que salió en el patio dels Tarongers de la Generalitat la pasada semana detrás de cada conseller electo? con un gorro negro insuperable, no perdió ni un plano. Vaya, que ni me enteré del mensaje de cada político... yo buscando al del gorro como si del libro "Donde está Wally" se tratara.
Y yo me pregunto... ¿Por qué es tan importante salir en TV sin hacer nada? es decir, ¿sólo porque nos enfoquen vale la pena salir con esa cara de tonto? La tele tiene un poder indescriptible pero yo prefiero salir en el video de casa..
3 comentarios:
Tienes mucha razón, la tele da un prestigio que no lo da nada. Basta que un imbécil salga en la tele para que se le pidan autógrafos.
Con tu permiso, he añadido mi careto a tu lista. Enhorabuena por tu blog.
Un saludo,
Ug
Bienvenido Tio Eugenio. Gracias por estar ahi, tener un blog sirve para abrir tu mente al mundo y reconforta saber que existe gente que no conoces fisicamente pero con el tiempo, tal vez sepas más de ellos que de los que te rodean!
Vamos a dar un vistacillo al tuyo....
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