Estos dias ando de pintura. No de cuadros, si no de brocha gorda. Pintando junto con mi chico una casa que tiene en la Floresta, Sant Cugat. Estamos dejándola preciosa. Muy linda. La casa lo es, pero su ex la dejó penosita. Eso si, con una buena limpieza y varias capas de pintura la cosa cambia. Que bonita se ve. Bueno se verá, porque aún no hemos acabado. Llevamos muchas horas invertidas, pero intensivas, intensivas dos dias. Ayer y hoy. Unas 9 horas. De pintura y limpieza. Él y yo solitos. No nos sobra el dinero ahora, así que tenemos que arrimar el hombro! Y me ha hecho pensar tanto.... en todas esas personas que se dedican profesionalmente a ello. Como los que trabajan en las mudanzas, los que pintan, los que trabajan haciendo carreteras... No es que nunca haya pensado, pero ahora, por la noche, cuando me duelen hasta las pestañas, cuando me duele hasta el DNI, me pregunto que clase de trabajo son estos. Cierto que sus cuerpos están acostumbrados, que su musculatura no es la mía, pero son trabajos duros, muy duros. Y seguramente nada bien remunerados. Se paga al que contrata, al intermediario (como siempre) pero el albañil de turno o el pintor de brocha gorda, en pocos casos cobra lo que merece. Cuanto esfuerzo! que trabajo más duro! mi gran admiración para todos ellos. Y el respeto que algunos les niegan por no llevar una Montblanc en el bolsillo....
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