Hoy estaba viendo una serie donde una mujer de edad entrada se va de viaje a Bruselas a visitar a su hermana. Se va porque su exmarido ha vuelto al pueblo donde vive después de dejarla por una jovencita. Ella no quiere encontrárselo y decide poner tierra de por medio, aunque crea que deba ser él el que se marche. Le costó superar la separación. Ahora se va con billete sólo de ida.
Yo soy muy feliz en mi nueva situación. Con mi marido, mis hijos, mi nueva casa, mi vida en general. No huiría por nada del mundo. Pero he de reconocer que su actitud me provoca un puntito de envidia. No el hecho de estar sola, tener que poner tierra de por medio y todo eso. No gracias. Lo que me ha provocado ese rinconcito de admiración ha sido poder decidir irte donde te plazca y volver cuando te plazca. Esa independencia yo nunca la he tenido. Unas veces por necesidad económica, otras por compromiso familiar o incluso personal, otras por... no se, tal vez haya de nacer una para eso. Pero debe ser una sensación de libertad tal el saber cuándo te vas pero no cuándo vuelves.... Cuando veo a esas personas que deciden dejar sus trabajos estables para enrolarse en la aventura de conocer mundo y estar más de medio año por ahi... ¿Cuándo vuelves? les preguntan, Cuando me canse, responden con una paz en la mirada que sólo la da el compromiso contigo mismo. Debe ser dificil separarte de estereotipos, de comportamientos establecidos y romper con todo. Pero romper de verdad. No con unas rastas nuevas o con unos tejanos raídos en la ópera... Si no romper con el mundo y complacer tus deseos de libertad. Mi admiración por ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario