Los pequeños detalles de los que más quiero se pasean delante de mi rostro, juegan con mis sentidos, y consiguen ganarse mi respeto y devoción por ellos.
Los pequeños detalles de los que más quiero saben conquistarme . A menudo, mi alta autoexigencia me convierte en persona huraña, y eso me atormenta. Pero entonces, un follet como llamamos en mi tierra (duende) deja ir su polvo de hadas y un pequeño detalle familiar borra ese aspecto de mi rostro.
Los pequeños detalles no vienen anunciandose: debes estar receptivo para captarlos. Se presentan en cualquier momento, durante una cena, un baño, un momento de sofa, de buenas noches, de lavarnos
Los pequeños detalles te hacen ver la vida de otra manera. Cierto que puede ser por unos minutos o por horas, no tienen medida, ni son directamente proporcionales a la calidad del pequeño detalle. Son proporcionales al impacto que pueden producir en tu alma.
Los pequeños detalles de los mios me tienen cautivada. Ultimamente se producen en la mesa, compartiendo la cena, teniendo todas las caras de los que más quiero relajadas, compartiendo alimentos y conversación, se me llena la vista de pequeños detalles.
Unas risas por aqui, un comentario profundo, un chismoteo infantil, un chiste de jaimito contado por una boca de 6 años donde faltan varios dientes delanteros , un guiño de ese hombre que me gusta tanto y que me ayudado a construir este proyecto de vida tan lindo, una reflexión en forma de adolescente de 14 años con hormonas revolucionadas... esos pequeños momentos me sacan de mi estado crispado, de mi querer que todo sea perfecto, haciendome pensar que lo perfecto es que yo pueda disfrutar de esos pequeños detalles.
3 comentarios:
Saber-los copçar és el premi que ens dóna la vida. Agafem com més millor.
El millor és que, amb l'edat, incrementem l'habilitat per captar aquests petits enriquidors detalls.
teniu tota la raó... apreciar-los no es facil, però tenim més habilitat a mida que ens fem grans. Petons als dos.
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