Era una decisión tomada hacía días, tal vez semanas. Lo tenia preparado en mi cabeza y en mi corazón. Como cuando dejo la ropa de los niños el día de antes para que nadie piense y se pongan lo que mamá preparó después de consultar el hombre/mujer del tiempo. Todo preparado. Sabía que quería ir, que sería un dia de estos, que necesitaba volver, en contra de lo que creí siempre. No es un sitio plácido para mi. O mejor dicho, no lo era. Ahora si. Es diferente.
De todas maneras, la mañana discurrió bien. Sin niños, con mi pareja, comprando unas flores frescas y unos adornos navideños. Quería que sientese la Navidad. Siempre fue así, todos juntos. Y quiero que siga siendo así. Que sepa que es Navidad y que tiene su sitio guardado.
-Come, prueba esto, verás que rico. Su frase favorita, sentado siempre a mi lado izquierdo. Pelándome las gambas, pinchando los champiñones para mi, cogiendo un mejillón en salsa con su fuerte y aspera mano para depositarlo en mi plato como disimulando. "Come, que está todo muy rico" ¿y tu? preguntaba yo, ¿y tu, qué? yo ya he comido, respondia siempre....
Ese día, cuando iba en el coche, sola, conduciendo entre tanta vegetación, el corazón empezó a palpitar fuerte, rápido, algo descontrolado. La respiración, a medida que me iba acercando, se aceleró, se entrecortó, se puso a bailar con sollozos incontrolados... Los ojos se empañaban y pequeños gritos de dolor salían de mi garganta. Llegué y no pude más que lanzarme en los brazos de mi marido cuando salí del coche. El dolor era insoportable, las lagrimas no dejaban de fluir.
Me acerqué al lugar, limpié el cristal, coloqué las flores frescas, lindas margaritas que había comprado, flores de campo como le gustaban a él. Toqué el frio mármol, deseando que se fundiera con el calor de mi mano, pero seguía así: frío, duro, impenetrable. Le susurré: "Feliz Navidad papito lindo". Seguro que me escuchó.
Durante todo el día no pude ser yo. Todo se removió en mi interior.
Cada dia le recuerdo y muy a menudo le lloro, pero ese dia fue intenso. No pude dejar de llorarle. Profundamente. Tal vez el sentir que estaba alli detrás del duro mármol me hizo más vulnerable. Pero ya está, a él no le gustaría. Así que me repongo, saco fuerzas y prometo ser un apoyo para mis hermanos y mi madre. Porque de algo tiene que servir tantos años sentada al lado de ese gran hombre...
6 comentarios:
Hola ... es difil escribir un comentario a tu entrada... dificil porque la intensidad del sentimiento, el dolor o angustia que sentiste y al final yo misma percibí a través de trus palabras, la austeridad en el relato de unos hechos tan repetidos en nuestras vidas, la sensación de que algún día yo estaré donde tú estuviste y quizás sentiré algo parecido o un dolor similar... Lo has expresado tan "en su justa medida" que la niña que yo recuerdo se me aparece hoy como una mujer que sabe lo que es sufrir y que lo explica de maravila. Gracias por tus palabras, me han reconfortado de un dolor que aun no ha llegado!
Gràcies Montse,es bueno saber que alguien puede entender este dolor tan profundo que sentimos los 4. A veces, a través de la escritura, encuentro la calma por unos minutos. Seguro que con el tiempo lo conseguiremos todos, cada uno en su medida, pero es una pérdida muy dolorosa. Mil besos guapa.
Hola guapa, qué bé que has transmès els teus sentiments,... se m'ha posat la pell de gallina. Què intens i què bonic! Petons
Gràcies Lina, encantada de tenir-te per aqui. No tots els posts son tan tristos... mil petons.
Lagrimones.... primero de risa por el video de más arriba y luego de recuerdos, pero en mi caso estoy segura de que él no está detrás de ese frío y duro mármol....el está vibrando como energía pura en el universo, así que tranquila :)
Gracias Rusa, tu siempre me reconfortas con tu lado más energico y espiritual. Sin este complemento que sería de mi? t'estimo loca.
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