No quiero que nadie me diga nunca más que la felicidad como tal no la da el dinero. Eso lo dice alguien que tiene. Dinero digo. No es que yo caiga en topicos típicos pero la verdad, el placer de un buen hotel, una buena comida, una ropa bonita o unos zapatos cómodos no se consigue con cara amable. Se consigue pagando. Y si es cierto que todos nos morimos, que no podemos comprar el amor, que bla,bla,bla,bla.... en fin, que me gustaría que todos estos que viven en el mismo sistema capitalista que vivo yo y la mayoría de la humanidad, se fuesen a una fábrica de metal en Bangladesh a compartir penurias con niños de pocos años, que buscaran entre los basureros públicos de Nicaragua algo que vender, compartiendo jornada con pequeños de no más de 5 años y apartando los pájaros carroñeros que pretenden robar lo adquirido. Y esto sería solo un ejemplo.
Este fin de semana, hemos disfrutado mi pareja y yo de un merecido descanso. Un fin de semana de relax. Un fin de semana de mimos. Corporales y espirituales. Un fin de semana en el Gran Hotel Balneario Blancafort de la Garriga. Un 5 estrellas Gran Luxe. Un regalo de unos amigos. Y os puedo asegurar que tristes no estabamos. Esas sábanas blancas y tan limpias, que sólo consiguieron alterar su armonia del color blanco cuando por la noche nos encontramos unos pétalos de rosa rojos esparcidos por la cama ; esos albornoces blancos y limpitos que nos acompañaron en nuestro recorrido por la zona de aguas termales. Ese desayuno exquisito abierto a toda clase de paladares. Gracias a estos amigos, conseguimos relajarnos y desconectar del ritmo cardiaco que llevamos siempre. Gracias a ellos y a mi adorada hermana y su familia, que se encargaron de cuidar y mimar a mis hijos. Gracias a todos. Pero no me vendan más que el dinero no da la felicidad... puede ser que no, pero contribuye, señores, contribuye....
Este fin de semana, hemos disfrutado mi pareja y yo de un merecido descanso. Un fin de semana de relax. Un fin de semana de mimos. Corporales y espirituales. Un fin de semana en el Gran Hotel Balneario Blancafort de la Garriga. Un 5 estrellas Gran Luxe. Un regalo de unos amigos. Y os puedo asegurar que tristes no estabamos. Esas sábanas blancas y tan limpias, que sólo consiguieron alterar su armonia del color blanco cuando por la noche nos encontramos unos pétalos de rosa rojos esparcidos por la cama ; esos albornoces blancos y limpitos que nos acompañaron en nuestro recorrido por la zona de aguas termales. Ese desayuno exquisito abierto a toda clase de paladares. Gracias a estos amigos, conseguimos relajarnos y desconectar del ritmo cardiaco que llevamos siempre. Gracias a ellos y a mi adorada hermana y su familia, que se encargaron de cuidar y mimar a mis hijos. Gracias a todos. Pero no me vendan más que el dinero no da la felicidad... puede ser que no, pero contribuye, señores, contribuye....
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