Hoy te has ido, pero siempre estarás en nuestra mente. En la mente de muchas personas. No voy a loar tus virtudes, costumbre muy extendida cuando alguien nos deja. No creo que sea ético. Últimamente nos veíamos poquísimo, pero bastaba saber que estabas ahi.
Cuando analizo mi comportamiento en la infancia, me sorprende darme cuenta que te idealicé. Tu eras como un papi para mi. Me encantaba tu coche, tu apartamento en la playa, irme contigo a correr por la playa temprano para bañarnos después... que aventura! mis padres durmiendo, mi tia también y tu, yo y mis primos ... a correr! que mayor me hacías sentir! que importante! y cuando te sentabas en la terraza, con tu Voll Damm y tus cacahuetes después de tu partido de tenis que no te perdías por nada del mundo....
Los domingos, cuando hacían F1 por la tele, recuerdo ese sonido de los coches corriendo mientras jugabamos por ahí... en aquella época, nadie miraba la F1, nadie menos tu... Siempre admiré tu porte, tu clase, a veces algo pedante, pero siempre correcta....
Te has ido sin hacer ruido, cuando no tocaba, eso sí, que aun te quedaba mucho por disfrutar. Rápido, sin tiempo a que veamos si te deteriorabas, para no perder esa imagen pulcra y correcta que teníamos de ti. Cuídate, te echaré de menos. Más de lo que pensaba.
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