Cada año, el grupo de compañeras de mi antiguo club de tennis, Vall Parc, se reunen para hacer el campeonato de dobles. Es divertido. En una mañana, se forman los grupos por sorteo, y las parejas al azar, y venga, a jugar! Son media en media hora consecutiva, cambiando de contrincantes, puntuando por juegos no sets y sudamos y reimos como niñas. Es especial. Después una comida en el club, unos regalitos comprados por las capitanas, y todos a casa con los deberes hechos.
Hoy ha sido ese dia. Pero ha sido más especial para mi porque el octubre del año pasado cambié de club. Ahora ya no soy socia de Vall Parc, pero como si lo fuera.
Francesc, el gran personaje de la recepción, me trata como una reina. Es un gran reencuentro. Me besa, me da una toalla limpita, y jamás de los jamases me cobra la pista. Soy como una invitada de honor.
Después paso al vestuario. Todas a medio cambiar, riendo, saludándonos y es ahí donde las vidas de cada una se encuentran. Comentamos por encima como nos va todo, y claro, en tan poco tiempo, todo es estupendo. Que tal? perfecto,bien, como siempre... en fin, son las respuestas más escuchadas. Pero no me molesta. Me gusta ver como personas con las que no tengo contacto habitualmente, coinciden conmigo y paran su tiempo. Sus hijos, maridos, madres,... pasan a formar parte de nuestro vocabulario. Y por supuesto los mios. Yo soy la más joven de todas, así que mis hijos son como hijos de todas un poquito. Todas quieren saber sobre ellos, si han crecido, que monerías han hecho... Y me hace sentir muy querida. Ya no tienen que convocarme, ya no soy socia, pero lo hacen. Y me tratan con cariño, como una reina. Y se agradece. Los reencuentros son a veces, muy gratificantes. Ves que la vida pasa, pero mucha gente se acuerda de ti. Formaste parte de sus vivencias, y de golpe, vuelves a ser un granito de arena en su historia.
Hoy formé parte activa de estos reencuentros. Me bañé en recuerdos y me dejé querer. Dicen que la gente te trata bien si tu lo haces... yo lo intento siempre, y no debe salirme tan mal, porque a veces, en esos reencuentros, me siento toda una reina....
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