Viajar te abre la mente, te transporta como observadora de otras costumbres, otras culturas, en definitiva, otras maneras de hacer las cosas. Cuando uno no se mueve del sitio donde habitualmente reside, pierde esta opción mágica de voyeur consentido. Pierde esa percepción de que lo que nosotros hacemos, no es la única vía en la vida para hacer las cosas. Lo que nosotros comemos, no es la única comida para saborear ricamente, lo que nosotros bebemos, no es el único caldito que se estile beber... lo que nosotros pensamos, no es la verdad absoluta.
Abre tu mente, observa, adáptate, no vayas con ideas preconcebidas, deja que la ciudad, pueblo, comarca, te abrace, te aloje, deja que sus gentes te den de comer, de beber, te cambien horarios, te enseñen a sus amigos, te hablen con otros lenguajes aunque no los entiendas....
Abre tu mente, observa, adáptate, no vayas con ideas preconcebidas, deja que la ciudad, pueblo, comarca, te abrace, te aloje, deja que sus gentes te den de comer, de beber, te cambien horarios, te enseñen a sus amigos, te hablen con otros lenguajes aunque no los entiendas....
2 comentarios:
Tienes razón, pero a mi me cuesta. Soy muy comodón, aunque una vez consigues desprenderte de prejuicios y de tu propia idiosincrasia, es un placer descubrir nuevos modos de vida en este mundo donde todo es cada vez más igual.
Bon Nadal!
Bon Nadal per tu també!!!! más que sobre desplazarse, entiendo el viaje como una manera de quitarnos de la cabeza que nuestro paisaje es el más bello, nuestra comida la más rica, nuestras fiestas las más divertidas...
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