Su música no era de masas, de hecho no era. Sus letras, entraban por los poros, se instalaban en el alma y te impregnaban por dentro, suavito, sin darte cuenta pero despertando esas neuronas dormidas que tenemos todos. Su sátira y humor nos mostraban la vida tal como es, algo sencillo que cada cual debe elegir como vivir. Su fidelidad a la amistad ha dejado regueros de poesia, amor y expresiones de cariño en las redes sociales y en cualquier espacio, algo que los medios convencionales no pueden comprender ni promover.
El cariño que despertaba su cuerpecito frágil, sorprendia con la fortaleza de su libertad.
Yo no soy poeta, no sé escribir ni siquiera, sólo expreso sentimientos en este blog mio. Eso que tú Javier, hacías tan bien, riéndote del mundo y enseñandonos que cada ser vivo es único e irrepetible.
Descansa en paz... o no. Ríete de los espiritus, ríete de nosotros allá donde estés con tu cara seria...
Lindo Javier Krahe.
3 comentarios:
La veritat és que no n'havia sentit mai a parlar, però sembla que era dels grans...
Si, gran i rebeld...dels que queden pocs. Abraçada Loreto.
Irrepetible e irrepetido, como aquella mandrágora de la que formó parte. El Georges Brassens español, casi ná.
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