Y NOS ROBARON

Pues si, pues si. Eso que se ve en la tele, que se lee en la prensa, que sabemos de alguien a quien le ha pasado, le pasó a mi compañero ayer por la noche. Volviendo de dar un curso en Málaga, cansado después de un viaje en AVE de más de 5 horas, con las maletas, buscando el andén del metro para llevarle a su coche aparcado que le conduciria a nuestra casa... va y le roban. Panda de hijos de Puta (lo siento, no es blog de niños...). Le abren la mochila y le pispan la cartera con parte de los ingresos del curso que habia impartido. La suma que se encontrarían los indeseables nada desdeñable: más de 600€. Que debieron pensar los mierdecillas que habian hecho el agosto. Claro, que esa gentuza con ese importe no tiene ni para empezar.

Se ponen en el metro, ¿seguro que no pagan el billete no? se arriman a uno, y si te descuidas te hacen un tattoo de un Cristo en la Espalda y tu ni te enteras. ¡Hasta con colores y relieve!

Pero yo soy positiva, siempre lo he sido y prometo intentar serlo. Podia haber sido peor. Y no es un consuelo, es una realidad. Hoy en dia, te rajan por menos de 50€. Te muelen a palos cuando entran por sorpresa en tu casa esas bandas la mayoria de albanokosovares (no se me indigne nadie que es un hecho consumado que las más agresivas son de esta nacionalidad. ¡Palabrita del niño Jesús!), o te destrozan una oreja para arrancarte la minuscula perla que compraste en Mallorca en el viaje de fin de curso con los ahorros de tu cerdito de barro cuando tenias 14 años y ahora rondas los 40.

Pero el sentimiento de mi pareja y que comparto es la indignación de que unas personas se crean con derecho de quitarte lo que es legitimamente tuyo. No se trata de personas que pidan caridad, se trata de personas que se creen con el derecho de usurpar lo que otros tienen. Sin más. Son como las sanguijuelas. O los hermitaños, que invaden conchas para apropiárselas como casa propia. Y cuando se les quedan pequeñas, las abandonan sin más. Eso harán con su cartera. Su dinero, pero sobretodo sus fotos, sus recuerdos, sus contactos... eso para ellos es papel mojado.

También te invade después de un robo (yo por desgracia he sufrido varios) una sensación de vacío, indefensión y suciedad. Si, suciedad. A mi me ha pasado sobretodo en dos ocasiones.

La primera me robaron el monedero de la bolsa del cochecito de paseo de mi hija. Casi derrito las barras del cochecito frotándolas con lejia sólo del asco de pensar que unas manos así habian estado tan cerca de  mi pequeña.

La segunda entraron en mi casa. Cuando vi parte del cajón de un armario sobre la cama y las puertas del mismo abiertas, me invadieron unas ganas tremendas de vomitar. Seguramente se habian sentado sobre el lugar al que confio mi cuerpo a Morfeo. Mi casa, lugar sagrado para todos, donde te sientes a salvo del duro exterior. Es como cuando sueñas que te persiguen y logras alcanzar tu casa y cierras la puerta a tiempo. En ese momento te destrozan los esquemas.

A mi no me va a quitar el sueño el dinero que le han quitado. Ahi estoy yo para hacerselo olvidar. Ahi estoy yo para animarlo, que nos puede pasar a cualquiera, que no es culpa suya, que los mierdas son los otros no él.