DESCONECTADA POR FUERZA MAYOR

Sorry por descuidar mi blog. Sorry por no seguiros. Sorry por desaparecer cual gripe A, ahora viene dando campanadas ahora se va sin ni siquiera cerrar la puerta.

Mi peque ha estado ingresada en el hospital .Salió ayer. No voy a explayarme en detalles. Una infección ocular nos dejó al borde del ataque de nervios. Ahora los nervios se han ido con la infección. Y no sabeis cuanto nos alegramos. Ayer salió del hospital. Tuvo una tarde complicada, estaba desobediente, rara, un poco antipática. Yo al principio, no supe gestionarlo, la reñí por mil comportamientos no muy usuales en ella. Hasta que me di cuenta de que algo no funcionaba. No funcionaban nuestras charlas sobre el respeto y amor a los demás, no funcionaban. Ella no reflexionaba, seguia incrementando su comportamiento negativo y lo que es peor, no se comunicaba. Simplemente me miraba entre desafiante y llorosa. Entendí que como adulta debia buscar una via de comunicación. Me puse a leer un cuento al pequeño en voz alta. Estaba sentada en el sofá, con el cuento entre las piernas y su hermano a mi izquierda. El televisor estaba encendido, pues ella habia decidido minutos antes, con mi permiso, que queria ver dibujos. Parecía ajena a nuestra actividad. Pero en realidad no lo estaba. Se fue acercando del sofá que ella ocupaba al nuestro. Poco a poco, mirando la televisión pero acercando su cuerpecito a nuestro espacio. De repente, estaba a mi lado derecho. Sin mirar el cuento, con la mirada fija en la pantalla pero rozando mi brazo. Yo seguia leyendo al TEO. Su hermano interactuando con la lectura. Ella empezó a fijar timidamente y sólo por segundos, su mirada en el cuento. Mi brazo rodeó suavemente su cuerpecito sin mirarle, sin decirle nada. Ella se dejó hacer, aunque sin corresponder. Yo seguía leyendo pero acariciando su pelo. De repente vino una pregunta suya a la ilustración del cuento. Yo respondí como si hubiese estado desde el principio de la lectura. Y así, poco a poco, abrió su mente y corazoncito a su madre:

-mami, me siento rara. Me dijo

-que te pasa guapa?

-que no se, me siento rara, no estando en el hospital .En esta casa... no se mami ,es raro.

-es normal, guapa, no pasa nada. Mañana te sentirás mejor. Ahora no te preocupes, todos estamos raros.

Y su comportamiento fue cambiando, empezó a jugar, a interactuar con nosotros ,a sonreir, a ser ella. No hizo falta nada más. Tal vez expresar que este cambio brusco de atención continuada, muchas horas en una habitación a momentos compartida, pijamas, pinchazos, regalos... todo mezclado, lo bueno y lo malo, era dificil para ella dejarlo atrás. Y no pasa nada. Es normal .Yo acabé entendiendo que para un adulto es más facil entender los cambios. No pasa nada por sentirte "raro" o mal en un momento dado. Los niños no siempre saben qué les pasa. A veces, los adultos ,pecamos de querer que nos lo cuenten todo sin crear el clima apropiado.

Yo también me siento rara... Noches durmiendo en un sofá esperando que mi pequeña mejorase. Como así ha sido. Nervios en la barriga y tensión en mi espalda. Sentimiento de abandono del otro pequeño, tonterias de mami, claro. Sentimiento de impotencia por no poder hacer que tu peque esté mejor. Ya pasó. Ahora se recupera estupendamente. Ella y yo.