Llevo unos dias de duro trabajo preparando la visita de unos políticos de cierto renombre a nuestra organización. La verdad es que conseguir que vengan a visitarte es complicado. Miles de llamadas, miles de recados a sus gabinetes de secretariado, miles de esperas a que esas llamadas se devuelvan pero no se hace, vuelta a llamar, vuelta a ser super mega amable para que te hagan caso, esfuerzos para "agenciarte" a la secretaria de turno, tocarle la fibra, hacer que se haga tu "amigota" para conseguir más... hasta que lo consigues. Entonces se pone en marcha toda una maquinaria que ya no se puede parar. El gabinete de protocolo de cada político (en nuestro caso 2 cada uno con todo su séquito detrás) te llama, te sugiere, te demanda... y tu dale, concediendo, planificando, montando...
Dias duros en los que he trabajado codo con codo con nuestro director general, mi jefe. Un hombre sabio. Un hombre inteligente. Ahora incluimos esto en la presentación, ahora lo quitamos, ahora les daremos esto, ahora no, tal vez politicamente no nos interese, tal vez si.... tengo la cabeza ya como un bombo.
Hoy, vestida con mis mejores galas de secretaria ejecutiva super mega pija, he recibido a la comitiva. Se han perdido por el Campus (je,je,je) me han llamado, he hablado con la jefe de protocolo, hasta con el chofer, un hombre muy majo que le costaba hablar catalán horrores, pero hacia sus pinitos.Una vez que han llegado, casi me dejan la mano muerta cuando los he saludado. Deben pensar que apretar es simbolo de poder y virilidad. Pobres deditos mios. Todos trajeaditos, con su mirada superior, me he preguntado si tenian la misma mirada antes de ser elegidos para el cargo. Ahora todos reuniditos. Viendo la presentación que yo he arreglado, empapandose de la situación de la Institución. Después a otro sitio. Y supongo que vuelta a empezar. Me pregunto si conocer a tanta gente, a tantas instituciones, les marca de alguna manera. Si serán capaces de entender la filosofia de cada una de ellas, de enriquecerse con lo aprendido. Lo dudo. Los politicos que yo conozco (y por trabajo he conocido alguno...) no se implican mucho. No son como algunos alcaldes, que conocen bien la realidad de sus municipios (los pequeños claro, porque dudo mucho que el de Barcelona, Hereu, se entere de algo....)Estos están lejanos. Demasiada agenda. Demasiados actos.
Yo solo tengo ganas que este circo se acabe. Llegar a mi casa, quitarme los tacones, hacerme una coleta, y quedar con mi marido. Llámame simple si quieres...
3 comentarios:
Me encanta la simpleza de mi vida... Cada vez soporto menos a los políticos y sus mentiras, sus superioridades, sus caprichos.... Buah!! En fin, ya puedes volver a tu vida Jeje. Un besito
si Maria, con una buena terapia de parque y risas con las mamis se me ha pasado todo el agobio. Un abrazo!
Veig que com a minim ja l'han nomenat... un petó i gracies per la clicada d'ullet.
Publicar un comentario