Vaya a donde vaya, él va detras. A veces, incluso se agarra de mi pantalón o se interpone en mi camino para que le mire. Yo corro, vuelo, derrapo en cada rincón de la casa para que me dé tiempo a hacerlo todo. Después del trabajo me convierto en la experta más experta en rentabilizar cada segundo, aprovechar un viaje al piso de arriba de casa para acarrear con mil bartulos que voy encontrando por el camino. Sólo me falta agarrarlos con la boca para tener más capacidad de carga, pero todo se andará... y en estas, él bien cerquita de mi cuerpo. Oliendo mi piel, y yo la suya. Agarrando mi ropa y yo notando la presión de sus manitas. Mirando de abajo arriba ( no tiene más remedio, si no levanta un metro del suelo) para mostrarme sus ojitos más tiernos, su cara más infantil, su pedir atención sin hablar, mucha atención, pero sobretodo contacto físico. Y el otro día leía en una consulta de esas de revista que un pediatra contestaba a unos padres angustiados porque su hijo no quería dormir sólo que ¡cuándo habían visto a mamíferos abandonar a sus crías para que estuviesen físicamente separados! cierto. Mi pequeño trocito de mí necesita tocarme, olerme, sentirse protegido. Y si para ello se juega su integridad física interponiéndose en mi rápido camino, que sólo me faltan los patines de las chicas del Carrefour para ir más deprisa, pues lo hace. Y yo en el fondo, sonrío, pero no por fuera, si no por dentro. Mi alma sonríe, sonríe mi corazón, sonríe mi instinto maternal.Te quiero pequeño, y me encanta que me necesites tanto, porque lejos de agobiarme, me reconforta. Yo te necesito también a ti. Gracias por ser así, como yo, como tu hermana, como tu padre, siempre todos cerquita, juntos ,oliendo nuestro cuerpo y nuestro ser, todo en uno.
2 comentarios:
Eh, que luego no vale el contra-post diciendo que los críos no saben quitarse de en medio cuando andas estresada!
Sí que necesitamos sentirnos protegidos, como los pajaritos en un nido. Yo recuerdo el olor, el tacto de mi madre o mi yaya cuando me agarraba a ellas todo el rato!
estoy en ello... entre que me encanta y me pone los pelos de punta!
Es bien cierto lo que dices, el olor, el tacto, la sonrisa, yo también los tengo bien grabaditos. Espero que mis hijos no me graben cuando grito cual siciliana o me acabo de despertar;-)
Un abrazo.
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