Ayer, siguiendo una broma con un compañero de trabajo, me hizo una pregunta:
-¿A qué huelen las colonias?
Pues es curioso, no se si las colonias huelen a todo lo que nos venden:
Para mujer:
XXXXX un perfume muy femenino, distinguido,
desbordante de vitalidad, sensualidad y alegría. Por su originalidad y
aroma único, la mujer que lo lleva tiene el éxito asegurado (exito en qué? porque según que exito no lo quiero yo....)
O para el hombre:
XXXX la fragancia toma un más ,miran el que somos dentro de ser
eternamente jovenes, raceless, genderless el mundo. Esto nos desafía
tomar riesgos, hacer errores, ser imprevisible. Esto nos invita a cerrar
nuestros ojos, abrir nuestras mentes, y soñar. (Aqui parece que no revisaron la traducción del Google de turno...)
A mi me resulta extraño poder descifrar estos olores. No entiendo a los marketinianos que las venden, seguramente funcionan estos mensajes, a mí poco me dicen...
Pero lo que si puedo asegurar es que para mi los olores son determinantes en mi estado de ánimo y en ver las cosas de una manera determinada. Tengo un olfato muy desarrollado. Huelo cosas, percibo aromas que mucha gente no nota. A veces es una ventaja. Cuando paso por un vertedero no: puedo decirte que el pollo que se está pudriendo fue comprado en Carrefour hace 20 dias .......
Me gusta mucho oler. Cuando parí a mis hijos, y me los acercaron a la cara, me sobresaltó el calor de su piel pero sobretodo el olor a cuerpo,que desprendian... el mio.
Mas tarde, cuando los asearon, olian a purita vida. Ni colonias, ni geles, a vida.
Hay muchos olores relacionados con momentos y sensaciones de mi vida.
Cuando huelo el mar, me evoca las mañanas que iba a trabajar, que justo me habia desplazado a un pueblo de la cosa a vivir, pasaba con el coche por el acantilado, abría la ventanilla, aspiraba y gritaba a pleno pulmón: buenos dias Mar!!!!!!!!!!! cada dia durante el año que viví alli.
Cuando huelo a jazmin me transformo: recuerdo a mi abuela paterna recogiendo cada noche flores de jazmin de su pequeño patio, y colocándolas en platitos pequeños en cada habitación para que acompañaran nuestros sueños y espantaran a los temidos mosquitos.
Cuando huelo a suavizante, a ropa limpia en mi cama, me da una sensación de paz, de que voy a descansar de lleno...
Cuando huelo a café, me invita a recordar las tardes en las que de pequeña me metía bajo los pies de mi madre, cosiendo ella, y sonando Elena Francis de fondo.
Cuando huelo a té humeante, me recuerda mi lado separatista, mis ganas de conocer mundo, de viajar a Europa, de querer algo más que el café de mi nación...
Cuando huelo a especias y a hena me transformo, me evoca al tiempo que trabajé en una ONG y desde la oficina, recibia visitas de saris y kafkanes...
Cuando huelo a tierra mojada tengo la impresión que el ciclo de la vida continua, después de una tormenta, empieza todo a volver a su estado: los insectos vuelven, las personas salen de sus escondites, los pájaros vuelven a volar...
Cuando hago el caldo, y lo huelo por toda la casa, me invade una sensación de hogar, de caliu como dicen en mi tierra.
Cuando huelo a mi pareja recién duchada, mézclandose el olor de los cosméticos con el de su piel, tengo ganas de sexo.
Cuando acaricio el pelo de mis hijos, tengo ganas de meterme en ese espacio, de oler sus poros, aunque hayan sudado, de mezclarme con sus pensamientos entre mis dedos...
Cuando me huelo a mi pienso que estoy viva, que el olfato es un gran sentido...
Cierto es que hay olores desagradables: algunas flores las asocio a los tanatorios, algunas personas deberían olerse a si mismas antes de salir a la calle, el aire acondicionado huele os lo aseguro, tener un animal en casa perfuma el aroma para mi desagradable, los fritos de los bares, los vestuarios de algunos gimnasios, los casposos, los tiburones de empresa Carolina Herrera, las lagartas de oficina, la vejez mal llevada, la muerte...
Pero prefiero quedarme con los agradables. ¿Qué a qué huelen las colonias PG? Pues huelen a los ingredientes que la forman, pero a las sensaciones que despiertan cuando se depositan en la piel y en las que despiertan a los que las reciben.