jueves, 2 de julio de 2009

Ese otro empleo que es buscar empleo


El otro dia, hablando con un amigo que está buscando trabajo, me dí cuenta de lo que supone estar en ese estado. Y digo estado, porque cuando uno/a busca trabajo, todo se paraliza a tu alrededor y sólamente tu objetivo se vislumbra a lo lejos. Nada ni nadie consigue abstraerte de conseguir ese anhelado tesoro: el trabajo perfecto. Es como cuando intentas conseguir el carné de conducir. Todo tu mundo se reduce a la Teórica (la mayor parte del temario impracticable...) y a posteriori, a las prácticas. Sólo atiendes a consejos para conseguirlo más rápido y más barato y tus conversaciones, por no decir monólogos, se reducen a explicar porqué injustamente te suspendieron y cuanto te está costando la bromita....

Buscar trabajo es ya en sí todo un gran trabajo. Preparar un CV que convenza, que sea legible, que carezca de retórica pero que no parezca un esquema simple;encontrar una foto tipo carné que no induzca a pensar que está sacada de un cartel de la policia buscando etarras.... y una vez que lo consigues, esa maldita carta de presentación. Que precisamente no presenta nada, convincente pero sin ser demasiado formal ni informal (entonces qué ? te preguntas....) breve pero concisa, directa pero no pedante ni agresiva.... buf! dificil tarea.

Y por último, pero no menos importante, apuntarte a las ofertas de trabajo. Cuando yo empecé era típico comprar el periódico La Vanguardia (que no otros, donde sólo salían ofertas de pelandrusca....) y buscar y rebuscar, marcando con un fluorescente en el mejor de los casos, con boli remarcado en la mayoría, y finalmente llamar o escribir. Ahora resulta menos activo pero más cómodo y reservado. Te apuntas a ciertos portales que todo el mundo conoce, como Infojobs, por ejemplo, cuelgas el mejor de tus CV y a esperar que la ansiada oferta aparezca un dia.

Cuando esto sucede, te apuntas, qué nervios! y a partir de ahí cada dia que pasa se convierte en una penitencia: que si el estado de tu candidatura es : recibido, en proceso, finalista, descartado... cada día puedes mirar el estado mil veces (cosa que todos hemos hecho) pero si la empresa no te llama por teléfono olvídate, no hay donde rascar. Pero ese estado de incertidumbre es el que te va comiendo cual cancer silencioso. Si además, todo el mundo sabe que estás buscando (sí, igual que cuando quieres un bebé) la tediosa preguntita vendrá en breve:

y qué, te han llamado ya de alguna oferta?

te han dicho algo ya de aquella que estuviste tres dias haciendo pruebas, incluida hacer el pino mientras te pintabas las uñas de los pies de colores para demostrar tu habilidad frente a los conflictos laborales?

Tu paciencia va menguando a la misma vez que tu autoestima. Tu vestuario se transforma, ya no eres tu mismo/a, los trajes formales o adecuados a lo que estás buscando invaden tu armario. Cada dia, como un buen actor que se precie, debes cuidar tu aspecto y transformarlo: uñas correctas, cejas depiladas, piernas inmaculadas, tez suave y morena.... y por supuesto comportamiento ejemplar, nada de groserias, ni sentarse en el filo de la silla, ni palmaditas en la espalda de tu interlocutor.... todo medido y correctísimo, aunque lleves 2 horas esperando en la sala de visitas, y el aliento del que te entrevista huela a ajo.

Para al final, como en la mayoría de los casos, conseguir el ansiado puesto, o lo más parecido, a través del amigo de tu amigo....

Ánimo a todas aquellas personas que están en este proceso, y a los que no, pues que no confien en que no les tocará.... siempre habrá una entrevista esperándonos!

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