viernes, 29 de mayo de 2009

LA MISMA REALIDAD... OLVIDADA.


Ayer me llegó la nueva campaña de Medicos Sin Fronteras. Debía mirarla bien, pues yo trabajo en el departamento de Marketing de otra ONG,Intervida, y revisar lo que hacen otros es parte de mi trabajo.

A veces, las campañas de otros te parecen eso, meras campañas que debes superar para conseguir más socios y todo eso. Pero esta vez, la de MSF me ha hecho recordar el sufrimiento de miles de personas. No ha sido lo que contaban, ni como lo han vendido, han sido los ojos de un niño que se parecía enormemente a mi hijo. Era un niño negrito, pequeño, tal vez mayor que el mío, pues en África, la mayoría de niños presentan malnutrición y crecen menos de lo que corresponde a su edad, pero todo y las diferencias físicas (el mio es rubito, gordete, con carita y cuerpo saludable, debido en gran parte a la buena alimentación de la que disfruta....)la mirada era la de un niño. Esos ojos que te miran, te penetran y lo que trasmiten es amor y sobretodo bondad. Esa mirada es propia de un alma limpia, sin color, ni etnia, ni religión..... Y eso me ha llegado, me ha despertado. Yo trabajo todo el día para construir un mundo mejor, pero a veces, este sentimiento se contamina con mi hacer diario, con los problemas cotidianos de cualquier oficina, con mis miserias personales.... No puedo, ni quiero olvidar, que en muchas partes del mundo, existen miradas como esa, que no merecen el destino que la vida, por el simple hecho de haber nacido en esa parte del mundo, les depara. Sé que es un discurso tierno, si quieres, sensiblero, pero es la realidad. Sólo los que viven cómodos en su sillones, apoltronando sus enormes culos fruto de bebidas gaseosas o alcohólicas, y de bolsas de colesterol disfrazado de sabor saladito, creen que mostrar la realidad al mundo es ser agresivo. Pues no se puede girar la cabeza en sentido contrario. Cierto es que en muchos casos son niños queridos, cuidados por sus progenitoris en en la medida de sus posibilidades, pero si padecen malnutrición, no nos engañemos pensando que son felices. Eso es sólo una excusa para nuestra conciencia de pijos.

Yo pienso seguir gritandoles a mis hijos que no dejen correr el agua cuando se laven, pues hay muchos niños que no tienen agua, que no pienso comprarles todo lo que sus amigos tienen, porque hay niños que no tienen nada, que debemos ayudar a todo el mundo a ser feliz (¿verdad que nos gusta siempre que nos ayuden cuando tenemos problemas?) y a intentar educar y convertirlos en personas responsables y sobretodo sensibles con los demás. No soy religiosa, no soy sensiblera, pero amo la vida, y me gustaría que todo el mundo pudiera disfrutarla. Utopía? mejor luchar que resignarse. Mejor ayudar sólo a uno que a ninguno. Mejor por ellos, no por mi consciencia, eso sí. Mejor vivir que sobrevivir....

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