MIEDO ESCÉNICO

Tenemos miedo escénico: ella con 8 años y yo con 42 (siiiiiiiii tengo 42, nunca me ha importado reconocer mi edad, cada año uno más que disfruto1). Se acercan los conciertos de final de curso.

Ella esta tarde, yo el próximo martes. Un auditorio, con un gran piano de cola nos espera. A ella le colgarán los pies, a mi no, menos mal que superé el 1.65m....

Teclas blancas y negras se unirán para hacer una escalera transversal interminable. Teclas que se aliarán para no mostrarnos su sonido a primera vista. Teclas negras que intentarán escapar de la presión de nuestros dedos dándonos la impresión que están en el ático de un edificio. Teclas que se negarán a sonar con la fuerza necesaria o escaparan del pianissimo que exige la partitura. 

Y ese brillo negro y majestuoso del instrumento. Que envolverá a esas teclas amadas y maldecidas a la vez. Lejos quedará la calidez de casa y la permisividad de las paredes de nuestro salón a cualquier error no voluntario... El silencio del público se instalará en nuestras espaldas, agarrotando nuestros músculos, dejándonos tan tiesas como el mástil de una bandera.

Pero no temas mi niña, le diré a mi pequeña, que mamá estará cerca, y no pienses en nadie más. Deja que la música entre en ti, déjala salir a través de tus deditos de princesa.

Nadie va a toser. Eres muy buena. Eres mi pequeña pianista. Y si una nota mala se empeña en no sonar bien, no le hagas caso, ignórala, no tiene importancia. El público está a tu lado. No va a importarle que no salga perfecto. Y a mami menos. Porque tu eres mi pequeña pianista, con o sin armonia.

El martes, será otro cantar... a ver como me va a mi con esta gran situación. Dejemos que suene la música.

Os dejo aqui el lienzo que me dedicó mi amadisima hermana Maria , una gran pintora que me deleita cada dia más con su sensibilidad y preciosas pinturas. Juzgar vosotros mismos.