martes, 10 de noviembre de 2009

MOVIENDO MASAS


El pasado sábado fuimos a ver al Barça. Mi hija, de 5 años, adora el fútbol. Lleva más de un año pidiéndome que la apunte a esta actividad. Y yo más de un año dando esquivazo. No me gusta el fútbol. Tal vez lo que no me gusta es el ambiente que lo rodea. Cuando son pequeños: el mundo pipas, los padres peleándose por una jugada, los insultos al árbitro que en la mayoría de los casos arbitra por amor al arte(bueno al fútbol) los domingos de frío en el campo, las patadas, los escupinajos... No me gusta. Me parece primitivo.

Cuando crecen es peor. El lenguaje se transforma en insulto y todos juegan a colocarse bien los huevitos constantemente en el campo. Escupen, insultan, se suenan los mocos sin pañuelo... y la gente sigue comiendo pipas.

El fútbol profesional es otra historia. Los insultos continúan, pero claro, ahora se permiten porque "son de pago", los tocamientos del sexo también, pero hasta queda gracioso ver como Messi se la menea antes de una falta, los escupinajos son de calidad y las masas se revuelven gritan y lloran según el resultado de su equipo.

Este sábado fuimos al Camp Nou. A mi el partido me daba exactamente igual, bueno, para que mentir, quería que ganase el Barça porque soy culé por solidaridad a mi tierra, pero en definitiva, fuí acompañando a mi pequeña. Su primer día de futbol. No sabeis que risa. Estaba emocionada toda la semana, sólo preguntaba cuánto faltaba hasta el sábado.

Llegó el día en cuestión. Se vistió con el equipo de pies a cabeza. El viernes le regalamos una bufanda del Barça. Durmió con ella.

Salimos de casa y le lloraban los ojos de la emoción. Yo me moría de la risa. Gritaba: Barça! Barça! y su padre, culé hasta la médula, orgullosísimo de su pequeña. Viajamos un trozo del trayecto en metro: que emoción pensaba ella, que fastidio pensaba yo. Llegamos a las puertas del estadio: sus pequeños ojitos lo recorrían todo entre el fuerte viento y el frío polar que nos acompañaba. Es preciós! susurró. Y entramos. La gente, la mayoría, disfrazada: gorros, bufandas, polares del barça... olor a bocatas, emoción, y ..... el campo! ese verde, esos aficionados empezando a ocupar los asientos (más de 72.000 personas allí) mi niña nerviosa, y yo emocionada. ¿Por qué si no me gusta el fútbol? pues por eso, porque es mucho más que un partido, es un gran estadio, es una gran fiesta, la gente grita, sí insulta, si, tal vez coma pipas, pero en definitiva es un gran espectáculo. Tal vez ande yo un poquito equivocada....

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