jueves, 9 de junio de 2011

DIME DONDE VIVES Y TE DIRÉ QUÉ TE PREOCUPA

El haber trabajado más de 4 años en una ONG no como voluntaria, sino 8 horas diarias, me ha enriquecido mucho. Cierto que he conocido el mundo de la cooperación desde las entrañas y no siempre me ha gustado, pero como persona, me ha ayudado a entender mejor otras culturas. Y no hablo sólo de los proyectos, no, si no de la gente que formaba equipo en la ONG. Personas de nacionalidades muy diferentes y lo mejor, de culturas muy dispares. No era extraño levantar la vista del teclado del ordenador y ver pasar a una mujer con Sari que acababa de llegar de Bangladesh para una reunión de grupo. O mis amigos sudamericanos y centroamericanos que no les gusta que les llamemos latinos, porque si algo no son es latinos... el latín se lo metimos nosotros con aceite de ricino... claro, esto es tema para otro post.
¡Y los asiáticos? la mayoría tan delgaditos, preocupados sobretodo por el trafico de niños y la falta de rigor en la politica de sus países, tales como Vietnam, Cambodia, Filipinas, etc.
Pero un aspecto menos profundo es el dia a dia de las personas.
En Europa, tenemos comportamientos que por repetitivos, creemos standars para el mundo entero y no nos paramos a imaginar que pueda ser diferente.
Un tema que me hace sonreir es el del desplazamiento en vehículos de motor para las personas. Cuando yo era pequeña era normal ir más de 5 en un coche. En el caso de mi familia era alucinante: ibamos 8 personas en un Citroen... a Sevilla desde Barcelona! que fuerte!!!!!!!!! yo tenia unos 4 o 5 años y mi hermana 7/8. Mi hermano aún no habia nacido. Así nos ibamos a pasar un mes enterito por los lares del sur, a veces nos acercabamos a Badajoz o Jaén y maletas, adultos y niños incluidos con mis vomitos para aderezar el viaje, emprendiamos el viaje. Seguro que la Guardia Civil de entonces nos saludaba al pasar: que familia tan maja, debian pensar.
Ahora todo es diferente. El cinturón de seguridad forma parte del ritual al montarnos al coche, al menos aqui, en Catalunya. Cuando viajas con peques, hasta te da un soponcio si algún dia un padre o madre se ofrece a llevar a tu hijo/a a una fiesta, y en lugar de sillitadivina de la muerte te ofrece un elevador infantil. Es normal. A mi me parece bien. La seguridad lo primero. Pero es curioso ver como algo tan normal aqui, es tan diferente en otros países... y si no, observar la foto de abajo. El que va a un lado, tipo sidecar, no tiene desperdicio. ¿En este vehiculo no caben los juguetitos que colgamos en el asiento para que se distraigan mientras viajan los peques, no creeis?

14 comentarios:

Mari dijo...

Me acabas de recordar cuando ibamos 10 en el R12 familiar de mis padres... mi padre, bastante previsor compró asientos para colocar en el maletero, cabiamos ellos 2 y los 5 hijos... pero cuando estaban mi tio y los abuelos, tambien cabian...
Así que las maletas iban en la baca del coche, tapadas con una lona verde, que sigue viva...
Eran unos viajes larguisimos de minimo 8 horitas, desde Pamplona hasta Salamanca... sentados con el abuelo en el asiento de delante, sin cinturones y con mi padre y mi tio fumando un puro tras otro...

Irene dijo...

Pero que foto mas autentica... lo mejor el niño del cubo y el ultimo, con los pies al aire... que sensación...
Al ser hija unica nunca he tenido mucho agobio en el coche de mis padres, pero eso si, ni me sentaba iba totalmente acostada en el asiento trasero... ahora impensable.

kira permanyer dijo...

MARI. jAJAJAJA Es cierto lo del tabaco! yo recuerdo a mi tio y a mi padre fumando como locos!!! jajajaja y lo de las ventanillas abiertas qué? el aire acondicionado que ahora nos parece indispensable brillaba por su ausencia!
IRENE Si que es auténtica, pero lo auténtico es que no es excepcional, si no lo más normal del mundo. Lo de ir recostada también lo recuerdo, hasta dormiamos!

Mari dijo...

Las ventanillas abiertas, el calor, los empachos de golosinas (para que estuvieramos callados), el fumar del puro de mi tio a escondidas, saludar a los camioneros desde el maletero, jugar a contar coches de colores... eran viajes aunténticos...
Aqui te dejo mi otro blog,
http://elrincondemispequenascosas.blogspot.com/
ya me dirás que te parece...

un saludo

Sandra Ferrer Valero dijo...

8 en un citroen!!!!!?????? eso si que era una aventura, seguro

onavis dijo...

Que buena la foto!! Y no se ven nada agobiados!
Yo tambien tengo recuerdos de ir acostada en el coche, sin silla ni nada.
Ahora los niños tendran otros recuerdos, cómo lo espachurrados que van cuando no hay tiempo de quitar abrigos y abrochar la silla es una misión imposible. (al menos para mi!)
Saludos!

Sol Solet dijo...

Tengo que confesar que nosotros íbamos 4 en una vespa para ir a la playa!

Perkins dijo...

Mi abuela hizo su viaje de luna de miel en un 600 a Italia!!! iban 4, no recuerdo quienes eran los 2 integrados, y toooodaaaas las maletas! ja, ja, para verlos. Además mi abuelo medía 1,90 y mi abuela 1,75.

Tío Eugenio dijo...

Enhorabuena por la nueva imagen de tu página, ésta me gusta más.

Y en cuanto a los de la moto, yo no veo ningún problema, salvo que la niña que va delante se maree y vomite en plena velocidad, que entonces más vale que el resto de la familia lleve la boca cerrada.
Ug

porfinyomisma dijo...

jajajaja qué buena la foto... te aseguro que en algún pueblo de la costa gaditana puedes observar a diario algo muy parecido.... + sombrilla de playa y sillas...

MamaModerna dijo...

Si que és cert que la cosa ha canviat molt! Jo de petita també he viatjat embutida i sense cinturó. I les cadiretes de nens no existien, oi? Ufff que lluny que qued tot allò

@Mousikh dijo...

Madre mía! Eso es sacarle partido a una moto, eh? Aunque cuando he visto el pequeño en el cubo, no sé si me han dado ganas de reír o de llorar.

raindrop dijo...

Hasta cierto punto, creo que por aquí estamos exagerando con cientos de leyes para garantizar la seguridad, como si antes no hubiera seguridad en nada. Cuesta pensar cómo fuimos capaces de sobrevivir los niños que nacimos hace unas cuatro décadas en un mundo tan inseguro.
En fin, que sí, que creo que estamos exagerando: ni tanto ni tan poco.

En cuanto a las diferencias, estamos acostumbrados a una única visión de las cosas, que lo que es normal para otros a nosotros nos parece anormal. Pero eso se cura, como tú dices, conviviendo con otras formas de pensar y de hacer las cosas.


besos

Isa dijo...

sólo puedo decir: ¡qué envidia y qué chulada de curro! yo viajo mucho y he visto cosas así, pero claro no es comparable y nada me gustaría más que dedicarme a ello full-time...

SE ACABÓ!

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