jueves, 24 de junio de 2010

COMO CAMBIAN LAS PERCEPCIONES CON LA EDAD


Sant Joan, noche mágica para mi donde las haya. Luz, color, sonido, alegría, coca (me encantan algunas...) cava, risas, terrazas engalanadas para la fiesta, vestidos que dejan al descubierto cuerpos bronceados, música en todos los rincones. Fuego, calor mediterraneo.

Pero las cosas cambian, tienen etapas.

La primera de mi vida la recuerdo de pequeña, esas fiestas en la terraza de mis padres, con muchos papelitos de colores adornándolo todo, el tocadiscos que mis primos y yo mirábamos embelesados intentando adivinar cómo podían salir esas notas de un trozo de plástico que simplemente daba vueltas... ¡y ojo con tocarlo! el manotazo de papi o mami o de cualquier adulto que se preciara, no tardaba en llegar. Los cohetes que esperabamos como agua de mayo: tenían juguetitos de plástico dentro y ¡eran la sensación de la verbena! pero eso sí, llegaban al final.
Las risas de los adultos con los cuerpos entrelazados, bailando, bebiendo, riendo, y nosotros, los pequeños ¡nos sentíamos tan grandes! esa noche no había hora para ir a dormir. Tirabamos petardos, bengalas, todo comprado sin control , en la papelería de la esquina....

Después la etapa de las fiestas de adolescentes. En la terraza de mi hermana. Con su marido, los amigos, risas, bebida, bailes, miradas cargadas de complicidad.... ¡y mucha diversión! ¡Ya eramos los mayores!

Y ahora... pues ahora soy madre. De unos peques muy peques. Que nos miran felices como cuando la peque era yo. Que alucinan porque a las 9 no los mando a dormir. Porque el pequeño más pequeño sale corriendo cuando oye un petardo. Y yo, prefiero esa reunión tranquila, con nuestros amigos, compartiendo confidencias, también risas, pero algo más tranquilos... Levántandonos para ir a la playa al día siguiente, y no despertándonos en la playa.... Las cosas cambian, maduramos ,cambiamos, pero todo es mágico si lo queremos así. Y yo lo quiero, por supuesto. Me imagino dentro de muchos años al lado de este gran hombre que es mi marido, tomando un cava juntitos, ya sin grandes bailes, sin muchos petardos, pero riendo, riendo mucho.Aunque se nos mueva la dentadura para entonces....

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SE ACABÓ!

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